Francisco
"Local ubicado a pie de playa, el que si estuviese bien gestionado sería una mina. Nos ubican en una mesa, éramos cuatro, en la terraza con vistas a la playa todo pinta bien. Comienzas a ver a camareros los que no sabes si son de Seguridad, recoge vasos o clientes del servicio por lo que solicitar ya comienza a resultar bastante difícil. Tras unos cinco minutos con el local a su mitad de capacidad nos atiende un camarero el que la mascarilla la lleva tapando el mentón. Le solicitamos que de ser posible adecentar la mesa ya que estaba con los restos de los precedentes clientes del servicio y semeja que no es posible, por lo que convivimos con los restos hasta el momento en que solicitamos una segunda ronda, la que si para solicitar en la primera ya fue bastante difícil para esta segunda hubo que echar instancia. Mientras que uno de los camareros se dedicaba a charlar con comprendo que serían unos amigos. La cuestión es que conforme iban llegando más clientes del servicio el […]